- Un recuento del recorrido del Karakalí, que llegó para convertirse en el primer proyecto que funcionará como medio de transporte multimodal.
- Con la puesta en marcha de la embarcación se activará el flujo turístico de pasajeros por el canal navegable.
- La movilización fluvial en Barranquilla data desde el siglo XIX y tuvo un impacto positivo en el comercio y desarrollo de la ciudad.
Caía la noche sobre el astillero Khalela y a lo lejos se extendía majestuoso el Río Grande de la Magdalena, testigo de innumerables historias que trazan el alma misma de una región, y pronto sumaría una más: el zarpe desde Cartagena del RioBús Karakalí hacia Barranquilla, una embarcación que activará el flujo turístico y promoverá la interconexión entre zonas emblemáticas de Barranquilla, municipios y departamentos por el canal navegable.
El nombre -adoptado por antiguas tribus indígenas- no es más que la denominación que se le daba al Magdalena tiempo atrás: ‘Gran Río de los Caimanes’.
El río Magdalena como principal fuente de movilidad comercial
El desarrollo de Barranquilla en el siglo XIX tuvo un gran impacto al convertirse en el primer puerto para el comercio exterior colombiano. Ramón Montes, licenciado en Ciencias Sociales y con un magíster en Historia, explicó que ese cambio tuvo que ver con las carencias que tenía el país en transporte y redes de comunicación, por lo que la estratégica ubicación de la ciudad permitió importantes canales de movilización.
Esto se debió a que Barranquilla tenía una mejor conexión fluvial para llegar al mar en menos tiempo, mientras que Cartagena se conectaba con el río a través del canal del Dique, el cual permanecía seco y lleno de sedimentos; y para llegar a Santa Marta desde el río, había que superar estrechos caños y la ciénaga Grande.
Estos factores naturales influían en los tiempos de traslado y el precio de los transportes para mercancías y personas. Es por esto que el avance de Barranquilla -como puerto durante la segunda mitad del siglo XIX- tuvo que ver con la ventaja biogeográfica para la exportación e importación.
Es así como el puerto fluvial con mayor importancia nace y se desarrolla en torno a la urbe; sin embargo, este no estaba ubicado en la orilla occidental del río, sino en los caños que se habían formado gracias al aporte sedimentario del río Magdalena a través de varios siglos.
El legado de los pueblos ribereños y el paso del RioBús por estas poblaciones
Más de 215 km de distancia entre el astillero de Khalela en Cartagena hasta el muelle de Puerta de Oro en Barranquilla dieron paso a un sendero de aguas que se deja ver como una importante vía de transporte a lo largo de los siglos, conectando diferentes regiones del país y desempeñando un papel fundamental en el comercio y la economía. Y, cómo no, si atraviesa la nación de sur a norte a lo largo de 13 departamentos, perfilándose como columna vertebral del multimodalismo nacional.
Tras 11 horas de navegación de prueba, se deja ver a lo lejos el horizonte urbano de Barranquilla y su Gran Malecón. Así, la puesta en marcha del transporte fluvial marca un hito en la recuperación del río y la navegabilidad del Caribe colombiano. Una iniciativa visionaria ha revivido un sueño ancestral de navegar por las aguas del Magdalena y ha abierto nuevas oportunidades para el comercio, el turismo y el desarrollo económico de la región.
Karakalí, el primer RioBús en llegar a Barranquilla .
El barco, con sus 53 pies de eslora y 4,5 metros de altura, se erige como un símbolo de cambio y transformación, navegando hacia un horizonte donde la movilidad eficiente y sostenible es una realidad palpable.
“Este es un proyecto enfocado en reactivar el concepto del transporte acuático de pasajeros, que en buena hora Barranquilla lo adopta y es una de las primeras ciudades en ejecutarlo del país”, comentó Fabio Zapata, director técnico de Khalela.
En palabras del alcalde Jaime Pumarejo, el Karakalí será el primero de muchos, no solo de Barranquilla sino del Caribe y de la ribera del río Magdalena. El Río Grande de la Magdalena se constituirá en una arteria fluvial ejemplificante, de buenas prácticas en conectividad, generando desarrollo y sostenibilidad. Esto permitirá un crecimiento más equilibrado y el resurgir de ciudades intermedias que ahora se convierten en opción atractiva para inversores y empresarios.