Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv
El cantautor Gustavo Gutiérrez Cabello ya no tiene la inspiración pegada a su memoria al decidir hacer un alto en el camino, dedicándose a repasar esos cantos que le han merecido variados homenajes y reconocimientos.
Sus canciones por donde se le miren tienen la marca del amor sincero, aunque alguna vez tropezó en una conquista que lo hizo variar su temática, pero después continuó con el verso fresco. Y fue más allá, porque con su canto a ella la tocaba, la acariciaba suavemente y hasta la besaba en la boca.
En ese éxtasis donde el sentimiento se atravesaba en su camino haciendo posible que las lágrimas abonaran los recuerdos, pudo cantar. “Voy a dibujar tu sonrisa y esos bellos ojos que tienes. Yo los pintaré a mi manera y los besaré cuando quiera. Y te guardaré en mi memoria así tan hermosa como eres, aunque llegué tarde a tu vida, sé que tú de veras me quieres”.
En el recorrido de sus canciones la poesía lo aplaudía, porque siempre la llamaba para que le hiciera compañía, y los versos tuvieran como posarse en el corazón del ser amado. En ese sentido, las horas de la madrugada eran ideales para contestar presente, sin pensar en los minutos que se gastara, teniendo a su guitarra como fiel compañera.
Es así como no pudo abstraerse de aquel verso. “Gustavo Gutiérrez canta en Valledupar cuando sale el sol. Nada compara ese encanto, solo tu mirar divino mi amor”. No contento con eso volvió a darle oficio a la inspiración para llamar al pasado y disfrutarlo en confidencia, haciendo una confesión digna de las dulzuras del amor cuando hierve en todo el cuerpo. “Bésame todos los días, hasta la hora de la muerte y más allá de la muerte, no me olvides vida mía”.
Para cerrar con broche de oro ese canto que siempre lo proyectó al ayer como hombre enamorado, abrió su corazón teniendo presente que todo es posible mientras se cabalga por el mismo sendero haciéndose invisible ante los ojos del destino.
Entre esas canciones están: ‘La espina’, Confidencia’, ‘Rumores de viejas voces’, ‘Paisaje de sol’, ‘Así fue mi querer’, ‘Valledupar tierra mía’, ‘Calma mi melancolía’, ‘Regalo mis canciones’, ‘Mis condiciones’, ‘No sé pedir perdón’, ‘Sin medir distancia’, ‘Corazón martirizado’, ‘Mujer de mis sentimientos’, ‘Tanto que te canto’, ‘Recuérdame’, ‘Camino largo’, ‘Mi niño se creció’, ‘Te quiero, porque te quiero’, ‘Aquella tarde’, ‘Por eso canto’, ‘El cariño de mi pueblo’, ‘Que la violencia no llegue al Valle’, ‘Camino agreste’, ‘Parrandas inolvidables’, ‘Enamórate’, ‘Alégrate porque vengo’, ‘Si te vas te olvido’, ‘Se te nota en la mirada’, ‘Te voy a olvidar’, ‘Como pudo terminar’, ‘El amor no es duradero’, ‘Mañana sale el sol’ y ´Mil razones’, entre otras.
Muchas son las obras que despejaron su pensamiento para darle a conocer al mundo vallenato como era Gustavo Gutiérrez: sencillo, tímido, humilde, noble, pero que pudo asociar versos y ponerles música llevándolo a ser ese hombre romántico, soñador y cantador de historias pegadas a su alma.
De igual manera, en uno de sus cantos regaló un consejo para enamorar de la mejor manera. “El amor brinda muchas alegrías, muchas satisfacciones, y es la fuerza que alimenta el mundo. El que esté golpeado por la vida, que se enamore, que se enamore”…
Conquista fácil
En cierta ocasión por circunstancias de la vida se salió del conocido estilo, cantándole al episodio de una conquista fácil, canción que le grabaron en primera instancia Armando Moscote y Norberto Romero en el año 1974. Después con total éxito Pablo Atuesta y Wilfran Negrete, ‘Los Concertistas del Vallenato’, en 1985.
“Mujer no te creas hermosa porque te pelean los hombres, cómo eres conquista fácil, por todas partes te nombran. De mi boca y de mi pecho he logrado ya arrancarte, el amargo de esos besos que me dio de tarde en tarde”.
Ante este hecho inusual en sus cantos, se buscó al maestro Gustavo Gutiérrez quien entregó su versión. “Esa vez denigré de una novia que tuve, a quien un hombre de mucha plata me la quitó. Ella comentó en una parranda que me había parado bolas para que le hiciera una canción. Se la hice, pero nunca más supe de su paradero. Ahí quedó la historia de esa conquista fácil, siendo un traspiés que muchas veces se sufre en la vida”.
Al final no hizo mención de la protagonista como ha sucedido con la mayoría de sus canciones, donde aquel desengaño no aterrizó con la nota precisa y por eso desafinó. Todo quedó en el olvido hace más de 50 años.
Gustavo Gutiérrez sigue cantando en Valledupar, precisamente estuvo presente en una parranda al lado de los artistas Silvestre Dangond y Carlos Vives, adornando los versos con su guitarra para expresar. “El que toda la gente me quiera, es un placer que me da la vida que muchos desearían. El que todos los amigos míos se llenen de infinita ternura, con las canciones mías”…
Cuando pasan los años
Al final se le indagó al romancero del vallenato sobre sí a sus 83 años, estaba tentado a componer nuevas canciones, señalando. “No compongo hace 30 años.
Me retiré porque fui un compositor de inspiración y no tenía imaginación para hacer un canto. Se me bajó la musa, el entusiasmo, porque a las cosas que no se les pone corazón, es mejor no hacerlas. Además, para mis seguidores anuncio para el mes de septiembre un nuevo álbum musical titulado: Cuando pasan los
años”.
Con su sinceridad característica y con sus cantos calcados en el tiempo se quedó Gustavo Gutiérrez, ese que con versos espantó las melancolías logrando hablar a solas con su pensamiento. También, regaló sus canciones para que le hicieran compañía a aquellos corazones enamorados. Gracias maestro por siempre tener el viento a favor y sentir el aroma de melodías que perfuman la vida.