Otra vez bastó un gol. Nuevamente el arco en cero. Con una inspiración de Luis González y un penalti atajado por Sebastián Viera a Dayro Moreno, Junior se impuso 1-0 al Bucaramanga y consiguió su cuarta victoria consecutiva por el mismo marcador, este domingo en el estadio Alfonso López, de la capital de Santander.
Sin sobrarle nada, con mucha garra y esfuerzo, los ‘Tiburones’ mordieron un triunfazo que los asciende al noveno lugar de la tabla, a solo un punto del sexto puesto y a tres del quinto.
Era una final para amarillos y rojiblancos que llegaban al compromiso igualados en puntos y caminando sobre la cornisa del vivir o morir deportivamente en la Liga II.
La primera etapa comenzó con un fugaz ‘toma y dame’. Parecía que los dos, sabiendo que una victoria aumentaría las posibilidades de clasificación a los cuadrangulares semifinales, salían con todo a intercambiar golpes.
Pero solo fue un chaparrón. Después vino la calma, la precaución. Más bostezos que emociones en el duelo entre ‘Tiburones’ y ‘Leopardos’. Muchos reclamos, forcejeos, lucha y faltas y agresiones fingidas, pero poco fútbol y nada de goles.
Junior tuvo una buena jugada colectiva que Wálmer Pacheco no redondeó con un buen centro y pare de contar. Una que otra escaramuza de Edwuin Cetré, Carmelo Valencia y ‘Cariaco’ González.
Las dos escuadras estaban con actitudes mojigatas, sin asumir verdaderos riesgos en busca de la portería rival. En los minutos finales, con la presión de su público, con una nube de humo de pólvora que restaba visibilidad y a punta de pelotas aéreas, Bucaramanga trató de poner contra las cuerdas a Junior. A los empujones tuvo acercamientos y borbollones que no llegaron con auténtico peligro a Sebastián Viera.
Puro humo. Solo hubo una acción clara de gol en la que Sherman Cárdenas, en el último suspiro, leyó la diagonal de Dayro Moreno y le metió un pase englobado que el goleador remató con una media volea sin precisión. La bola se fue al mismo lugar donde se fue el buen fútbol en ese período inicial.
En el segundo período, hubo un cambio de actitud en ambos y soltaron un poco las riendas. Aunque seguían careciendo de claridad.
Cetré desperdiciaba increíblemente una oportunidad de gol. Ni pateó al arco ni la cedió.
Junior se mantenía con la guardia en alta y más pendiente de evitar filtraciones que de provocarlas, pero de vez en cuando ejercía alguna presión a través de algunos de sus hombres de ataque. En una de esas, ‘Cariaco’ González le robó la cartera a Michel Acosta y secundado por Carmelo Valencia se puso de cara al gol.
El venezolano no defraudó y definió con contundencia ante la salida de Juan Camilo Chaverra con un toque sutil a un costado. ‘Cariaco’ no dio tiempo a que el cancerbero le achicara y lo sorprendió sobre la marcha.
Bucaramanga no tenía luces para encontrar las rutas hacia el empate, pero el árbitro Jhon Ospina le dio una mano sancionando un penalti que no se aprecia con claridad. Pitó un supuesto empujón de Rosero sobre Dayro Moreno, uno de esos que se presentan 50 veces por partido.
Pareció más simulación que falta. La victoria se esfumaba, pero Viera metió sus manos providenciales y le atajó el cobro al goleador. ¡Ufff! Respiró todo el mundo Junior.
El juez central sí ignoró una falta agresiva de Bruno Teliz sobre Jhon Pajoy que merecía roja.
Los anfitriones intentaron en vano vulnerar la portería de Viera. Tiros de esquina, cobros de costado, remates de larga distancia, pelotazos y otros intentos que no fructificaron.
Carlos Henao, el defensa central zurdo que suele anotarle goles a Viera, generó un sustico con un remate que se desvió en el cuerpo de un defensor y que después terminó lejos del arco. Una ilusión óptica hizo ver que la bola se colaba en la cabaña del uruguayo.
Esperando que Comesaña refrescara pronto al equipo y se rematara el juego con más energía, se fueron consumiendo los minutos y Junior firmó un triunfazo.