Nostalgia por Rafael Orozco, 28 años después de su muerte

Rafael Orozco Maestre el jueves 11 de junio de 1992, produjo un inmenso dolor entre los amantes del vallenato. Hoy, cuando se conmemoran 28 años de su partida, la herida se aviva entre sus seguidores quienes encuentran en sus canciones el mejor remedio para aliviar su ausencia.

Sin lugar a dudas, la voz del artista oriundo de Becerril (Cesar) fue una de las más escuchadas en el territorio nacional durante los 17 años que estuvo activo en la música.

Su debut fue en 1975 con el acordeonero Emilio Oviedo. Con este compañero de fórmula grabó el álbum Adelante, del que se desprendió la canción Cariñito de mi vida, de Diomedes Díaz.

El trágico hecho se desató luego de que Rafa regresará a Barranquilla luego de una ausencia de 45 días, tras cumplir compromisos en Venezuela y el interior del país.

“El cantante del Binomio de Oro Rafael Orozco fue asesinado anoche en Barranquilla de nueve balazos, en la puerta de su residencia localizada en la calle 96 # 49 C – 166. Un hombre alto, delgado, de piel blanca, que vestía pantalón blanco y camisa azul manga corta, acribilló al artista”.

La primera grabación

El primer peldaño importante de Rafael Orozco fue grabar en 1975 su primera producción musical titulada Adelante al lado del acordeonero Emilio Oviedo Corrales.

“A Rafael lo conocí por casualidad en Aguachica (Cesar), donde había ido con el gobernador de aquel entonces, Manuel Germán Cuello, y el doctor José Manuel Díaz Cuadro a la inauguración de unas obras. Y como es natural, se armó la parranda. En el camino me la pasé tocando y cantando, pero como era una carretera muy mala, llegué afectado de la garganta debido a la polvareda. En esos días se llevaba a cabo una feria en esa población, es así que estando en la parranda se apareció Rafael Orozco, un muchacho delgado y cabelloncito, quien me dijo que me ayudaba a cantar. Acepté, y de salida quedé sorprendido con su voz. Me gustó el estilo, su afinación, su brillo y que tenía unas caídas bien suaves y llamativas”.

Después lo contactó. Rafael Orozco le dijo que andaba con el acordeonero Julio De la Ossa, pero no tenía compromiso formal con él. De esa manera comenzó el proceso de lo que sería su primera grabación para el sello Codiscos.
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